Gracias, Filio

Qué bueno que llovió. Esto jamás se va a repetir. Alejandro Filio cantando en un rincón, rodeado de todos nosotros, aplaudiendo y coreando sus poemas musicales. El rollo estuvo así: se programó el concierto a las 7 de la noche (llegué a las 6 y media), en el Patio Central de nuestra UADY. Abrió el evento Luis Tinoco, y empezó llover, pero nadie se movió. Cuando Filio llegaba comenzó el aguacero y los organizadores buscaban un lugar techado para la actuación de Alejandro, decidiéndose que cantara en uno de los pasillos del Edificio Central, pero no cabíamos todos, al menos no bajo techo, así que a media agua y tormenta disfrutamos del concierto, cerca del cantaautor, parados encima de los cables del sonido que nos daban toque, pero sin duda transportados, embebidos. -¿Cuál quieren?, dijo, y desfilaron las propuestas: Romina, Ojos verdes, Brazos de Sol, todos quedaron complacidos. Dificilmente se repita esta noche, y quisiera seguir diciendo muchas cosas, pero sigo emocionado, no se me ocurre nada más que decirte, sólo ¡Gracias, Filio!